martes, 4 de octubre de 2011

Cuando el vacío es plenitud

Flores de agua y viento


El nombre de "acuarela" deriva de su vehículo básico: el agua, utilizada para mezclar, diluir y aglutinar los pigmentos. Estos corren fluyendo a través del soporte sobre el cual son aplicados (generalmente papel) y se depositan sobre el mismo. Esencialmente los colores que se usan tienen la especial cualidad de la transparencia, cualidad que caracteriza a esta bella técnica y va a condicionar mucho de su forma expresiva. El mayor o menor grado de transparencia u opacidad de los colores dependerá de la forma y cantidad con que se aplique el agua, su elemento básico.

Existe en relación con esto un hecho muy importante: las luces más altas se consiguen dejando sin tocar las zonas de luz, es decir, logrando espacios reservados donde el agua coloreada no toque el papel. O sea, donde deba ir una zona de claridad, como pudieran ser nubes blancas en un cielo azul, se dejará intocada dicha zona o sólo se cubrirá de agua pura.

Esto nos conduce a pensar y concebir las cosas en términos muy distintos a otras técnicas de pintura en las cuales se utilizan colores cubrientes, se "llenan" todos los espacios con pigmento y en primera o última instancia las luces se pintan con blanco o pigmento aclarado.

En el caso de la acuarela esto es muy distinto, pues se debe pensar en términos de espacios reservados, los cuales son en cierta manera tanto o más importantes que los cubiertos de pigmento. Para ser más exactos, "lo no pintado es a veces más importante que lo pintado". Esto conceptualmente nos acerca a una forma muy interesante de apreciar el mundo y las cosas y que el acuarelista comprende inmediatamente desde el primer momento en que comienza a pensar en términos de los claros reservados.

Muchas de estas formas de aplicación han sido usadas desde la antigüedad por los chinos, pioneros de la pintura al agua e inventores del papel, soporte básico de la misma, y más tardíamente por los japoneses, por influencia de los primeros.



Pero volvamos al concepto sutil del "hacer no haciendo". Es aquí donde está la significación del "claro reservado". El pintar no pintando que caracteriza al arte de la acuarela, quiere decir cubrir no cubriendo. El concepto de "vacío", típico del arte oriental, es el mismo en cuanto a técnica que el de la acuarela. Esto explica el porqué el arte Zen en el Japón antiguo utiliza la pintura al agua como expresión de una posición filosófica en la que el vacío no es sinónimo de "ausencia de cosas" sino todo lo contrario: plenitud.

Y aunque el acuarelista no tenga el más absoluto conocimiento del Zen, en el momento en que su pincel deja de tocar el papel en determinada zona y piensa y comienza a "sentir" la importancia de los claros reservados, de los "vacíos", su forma de apreciar y componer va acercándose enormemente a los antiguos principios del arte Zen.



Aquí está la esencia de la pintura al agua: en dejar que el fondo deje "hablar" a las formas; en que el blanco del papel, el "vacío" dé consistencia a los sólidos, reconociendo la importancia de lo no pintado.

(Recomiendo un Ensayo muy interesante de Daniel Peña para continuar conociendo esta técnica apasionante)


Para ver más Acuarelas:
Watercolors





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4 comentarios:

Borinkeando dijo...

Que belleza de acuarela! me gusta la naturaleza y tu la presentas muy suavemente

D-Ana Fernandez dijo...

Hola amiguita! Me gustan los comentarios que trae la brisa del Caribe! Y me alegro de tenerte por aquí!Un besazo

Unknown dijo...

Me encantan tus pinturas...son bellas y delicadas..

tienes suerte.. de poder expresarte así... de esa manera..

saludos

D-Ana Fernandez dijo...

Gracias Estrella, cada uno, creo que busca una forma de expresar lo que lleva dentro, o lo que le emociona... Seguro que si me paso por tu blog descubro la forma en que tú te expresas! Me alegro de que te guste, gracias y saludos!